Boca Juniors perdió 2-1 ante el Bayern Múnich en el Mundial de Clubes, pero dejó una imagen que va más allá del resultado. El equipo de Angel Russo le jugó de igual a igual a uno de los gigantes europeos, con carácter, momentos de buen fútbol y el aliento incondicional de una hinchada que copó el Hard Rock Stadium de Miami.

Kane abrió el marcador para los alemanes, pero Boca reaccionó con garra y empató con un golazo de Merentiel en el segundo tiempo. Cuando el empate parecía justo, Olise marcó el 2-1 cerca del final y selló el triunfo para Bayern.

Pese a la derrota, Boca demostró por qué es un grande del mundo: aguantó, se plantó y puso en aprietos a un rival con muchísimo más presupuesto. Su gente, como siempre, fue protagonista y convirtió el estadio en una Bombonera portátil. El pase a la siguiente ronda se complicó, pero el orgullo quedó bien alto.